Imagina que tu nombre es el sexto en la lista para poder elegir centro en donde realizar las prácticas de la carrera. Imagina que eliges un centro que te gusta, el ámbito te resulta interesante y encima va acorde con tu especialización. Imagina ahora que el primer día te presentas allí con ganas de empezar, y te encuentras con que no puedes hacerlo por culpa de tu sexo.
Aunque esta noticia pueda parecer mentira por estar hablando de las prácticas de una carrera como Trabajo Social, fue lo que le ocurrió a un alumno de cuarto grado de la Universidad de Valencia. Según las fuentes consultadas, el alumno eligió el Centro Municipal de la Mujer de Valencia, pero al presentarse en dicho Centro para comenzar sus prácticas, la directora le comunicó que no podía ocupar la plaza por el hecho de ser hombre.
El estudiante presentó una queja ante el decano de la Facultad de Ciencias Sociales y ante el rector de la Universidad de Valencia, estimando que había sido discriminado por razón de sexo. Tras hablar con la directora del Centro e indagar la causa de dicha discriminación, el decano le comunicó que debido a que en el Centro atendían a mujeres víctima de violencia de género, a juicio del propio Centro, requerían que las personas que realizasen las prácticas fueran mujeres. Desde la Universidad proponen al estudiante escoger una plaza vacante en alguno de los centros que aún contaban con plazas libres, ya que el proceso de selección de centro de prácticas ya había terminado.
Ante todo esto, el estudiante decidió presentar una queja ante el Síndic de Greuges, el Defensor del Pueblo en la Comunidad Valenciana, mostrando su sorpresa y decepción por lo que estimó que era un trato discriminatorio por razón de sexo, más grave al corresponder a prácticas realizadas en el curso de un grado que “busca la igualdad entre sexos y la no discriminación”. Tras el estudio del caso, el Síndic de Greuges denunció que el estudiante había sufrido una vulneración de sus derechos, y recomendó al Ayuntamiento modificar el criterio de admisión fundamentándose en cuatro puntos:
- Defiende que las tareas que se llevan a cabo en el Centro, no son tareas que no pueda realizar un hombre.
- Porque en el Centro no sólo se atiende a mujeres víctima de la violencia de género.
- Pone el punto clave en la profesionalidad de los y las trabajadoras, no en su género.
- Considera que el Centro ha adoptado una postura absoluta en su criterio de admisión que puede derivar en una falta de respeto hacía los derechos de los estudiantes, y hacía las propias mujeres a atender.
Según recoge el diario Las Provincias:
El Ayuntamiento de Valencia ha decidido rectificar y cambiar su planteamiento. Fuentes municipales especificaron que se llamará al alumno para pedirle perdón y se le ofrecerá la posibilidad de que pueda hacer prácticas en el centro.”
¿Qué os parece?
¿Creéis que el centro actuaba bien al demandar sólo a alumnas?
¿Consideráis que es un caso de discriminación?
¿Estáis a favor de que en centros como este sólo trabajen mujeres?
Leer la resolución del Síndic de Greuges
Entiendo que le haya sentado mal, pero en este caso, yo diría que la decisión tomada por la organziación no ha sido por discriminación, sino por la búsqueda del mayor bienestar para las mujeres que se vayan a atender.
Puede sentarnos mal, pero una mujer maltratada puede tener fobia a los hombres, y creo que es un acierto el tener una mujer como trabajadora social, pues es del mismo sexo de las personas en situación de vulnerabilidad en este caso, y puede facilitar mucho el trabajo.
Es mi opinión. Yo también contrataría a una mujer. No porque un hombre no sea capaz, para nada. Sino porque creo que para las mujeres que se atenderán, es lo más beneficioso (por sus características).
Un saludo.
Me llama la atención que dices… “puede tener fobia a los hombres”. Pero yo pienso que una mujer maltratada, puede que se sienta mejor atendida por un hombre, si ve que no todos los hombres son violentos y hay hombres que comprenden la situación de maltrato a la que estaba siendo sometida e intentan ayudarla.
Creo que ese trabajo puede desarrollarlo un hombre. Y la decisión de si prefiere ser atendida por un hombre o una mujer, pertenece a la víctima. Pero no porque sea hombre o mujer, si no porque sea capaz de empatizar mejor o peor con la víctima.
Creo que no es un caso de discriminación…. Más bien de egoísmo y falta de sensibilidad y empatia por parte del alumno por anteponer sus intereses al de las mujeres atendidas en ese recurso… Parece que lo más esencial para ser trabajador social no se aprende en la universidad…
Entonces en los centros de tratamiento de toxicomanías solo pueden trabajar ex-usuarios de drogas porque todos los demás no tendrían la empatía para entender el proceso adictivo.
Yo creo q el alumno tiene razón, no podemos decidir cuándo nos va bien discriminar por razón de sexo o no. Las mujeres víctimas de violencia tienen q convivir con muchos hombres y ver q no todos son iguales.
El fallo es del centro por no especificarlo a la universidad. Entiendo que con ciertos colectivos ser un hombre pueda ser un problema para las personas usuarias, aquí se menciona violencia género pero trabajar con mujeres víctimas de trata también supone un escollo hasta que pueden volver a sentirse seguras con un hombre.
Pero esto es algo que tiene que explicitar el centro. Y si la universidad lo ve mal se retira como oferta de prácticas y punto.
Pero el alumnado no puede ser perjudicado por no cumplir algo que no se le avisó que era necesario.
Los que planteais que la mujer maltratada se sentiría más cómoda siendo atendida por otra mujer os planteariais lo mismo si en vez de ser trabajador social fuera médico o abogado cuando debe acudir para ser atendida a nivel sanitario o legal?
Creo que ya va siendo hora de que nos creamos la profesionalidad al margen del sexo que tengamos cada uno o una y de las caracteristicas que tenga la persona que requiete de nuestros servicios.Eso sería dignificar la profesión.
Un saludo a TODAS Y A TODOS LOS COMPAÑEROS.
Siguiendo la idea de que un hombre , trabajador social, no debe de trabajar con mujeres maltratadas porque las mujeres no estarian cómodas, yo que soy mujer y trabajadora social, no podria trabajar con penados por violencia de genero, y desde hace bastantes años lo hago y nadie, ni jefes, ni penados han puesto en duda mi trabajo.