Desde hace algún tiempo tenía una visita pendiente. No se si me esperaba o no, pero algo me decía que tenía que ir allí.
La conocí en la universidad, no recuerdo quien me habló de ella por primera vez, pero en aquella época de rebelde sin causa, escuchar la palabra “prisiones” hacía despertar mi curiosidad. En aquella ocasión, despertar literalmente de una de aquellas narcóticas clases de primera hora de la tarde.
Ella, una mujer gallega del siglo XIX, cuestionaba la utilidad y la humanidad de las prisiones, acusaba al gobierno de corrupto, ignorante e insensible.
Pero antes de hablar del tema de prisiones, me contaron que también escribió sobre caridad… – Vaya, el rollo de siempre… ¡¡pero no!! Esto se pone cada vez más interesante.
“El mal no parece que está en que haya pobres, sino en que se vean”
“El pobre rehúsa ir al asilo de Beneficencia, porque en él se le trata mal, material y moralmente; porque se convierte en prisión para él; Porque es natural el amor a la libertad;Porque la ley que le priva de ella no se aplica a todos igualmente.”
Con frases como esta que se incluyen en La beneficencia, la filantropía y la caridad de 1859 ganó el concurso de la Academia de Ciencias Morales y Políticas que buscaba propuestas para la nueva Ley de Beneficencia. Bueno, el ganador fue su hijo Álvaro de 5 años, ya que ella no se atrevió a presentar la obra con su nombre, ¡mujer y siglo XIX! Sin embargo los académicos en un chispazo de lucidez feminista decidieron que fuera ella la primera mujer premiada. Parece cosa del Ministerio del Tiempo.
“Odia el delito y compadece al delincuente“
En 1863 la nombraron Visitadora de cárceles de mujeres de Galicia. Imaginad como serían estas cárceles tal y como describió los asilos. Y allí que fue ella. Primero a observar, estudiar e investigar de primera mano el estado de las prisiones y la realidad de las presas. Más tarde, a procurar que se aplicaran las leyes y se reconocieran los derechos de las presas.
Pensaba que era fundamental que los trabajadores de las cárceles conocieran las leyes que debían aplicar y las presas las leyes que se les aplicaban. Lo hizo en formato de carta, Cartas a los delincuentes, tal vez porque en aquella época no podía ser bloguera. Este cargo tan solo le duró dos años. Seguramente, como suele ser habitual, sus reivindicaciones molestaron a alguien.
“Cuando el número de inteligentes aumenta, disminuye el de los oprimidos“
Pero siguió reivindicando y denunciando las injusticias de las instituciones penitenciarias y benéficas. Defendió la educación como medio para la emancipación de la mujer, la prevención del delito y la reinserción de presos. Formó parte de la comisión para la reforma penitenciaria y del Código Penal en 1873, fue nombrada Secretaria General de Cruz Roja, conferenciante, poeta…
Tras Julia
¿Quién es Julia? Julia está en la calle Pez de Madrid y es el homenaje del escultor Antonia Santín a una mujer que se atrevió a ir a la Universidad en 1840. Igual que hizo Concepción Arenal, con 22 años, vestida de hombre se colaba en las clases de Derecho de la Universidad de Madrid cuando el acceso a la universidad estaba prohibido para las mujeres.
Y es que ella, siempre fue así.
Aquí dejo un vídeo si quieres conocer la historia de Julia
Si quieres saber más…
En el documental “Concepción Arenal, la fuerza de un ideal” de la serie de RTVE Mujeres en la historia en la que puedes ver a una joven Manuela Carmena hablando sobre Concepción Arenal
Muy recomendable la TV-movie de RTVE titulada “Concepción Arenal, la visitadora de cárceles“, con la actriz Blanca Portillo en el papel protagonista, nos facilita entender como serían aquellas cárceles en las que Concepción desarrolló su trabajo. (tendrás que verlo en la web de RTVE)
Y un enlace más, a las obras recopiladas por la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes
http://www.cervantesvirtual.com/portales/concepcion_arenal/su_obra_catalogo/
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